domingo, 3 de noviembre de 2019

GRAZIA DELEDDA

Grazia Deledda fue una gran escritora que nació en la localidad sarda de Nuoro (Italia) en 1871, en una familia no pequeña y con una vida acomodada, no carecían de nada. El padre, Giovanni Antonio, un pequeño empresario y terrateniente, fue un poeta aficionado y el alcalde de Nuoro en 1892. La madre, Francesca Cambosu, fue una mujer muy religiosa que crió a sus hijos con una extrema rigurosidad moral. Después de acabar sus estudios en la educación primaria, recibió clases particulares de un profesor huésped de un familiar suyo, ya que que en aquella época no permitían que las jóvenes tuvieran una instrucción que fuera más allá de la escuela primaria. Posteriormente, profundizó como autodidacta sus estudios literarios.
Empezó a destacar como escritora con algunos relatos que publicó la revista L'ultima moda. Su primera obra de éxito puede considerarse que fue En el azul (1890). Sus primeras obras oscilan entre la narrativa y la poética. De ellas destaca Paisajes sardos (1896). Tras casarse con Palmiro Madesani, funcionario del Ministerio de Finanzas al que conoce en octubre de 1899​, la escritora se traslada a Roma y tras la publicación de Almas honestas (1895) y de El viejo de la montaña (1900), además de sus colaboraciones en la revista La Sardegna, Piccola rivista y Nuova Antologia, la crítica empieza a interesarse e intrometerse por sus obras.En 1903 publica Elias Portolu que la corona como escritora e inicia una buena serie de novelas y obras de teatro: Cenizas (1904), La hiedra (1906), Hasta el límite (1911), Colombi e Sparvieri (1912), Cañas al viento (1913), El incendio en el olivar (1918), El Dios de los vientos (1922). Cenizas fue también una película de 1916.
Su obra fue alabada por Luigi Capuana y Giovanni Verga además de por otros escritores más jóvenes. En Elías Portolu (1903) evoca la Cerdeña decadente de principios del siglo xx; su mundo es poético, pero primitivo y cerrado. La sociedad que describe es arcaica, y sus personajes aparecen dominados por conceptos fanáticos y supersticiosos de la existencia humana, de una moralidad sumamente convencional. La escritora falleció el 15 de agosto de 1936, que significó una gran pérdida para el mundo de la literatura, ya que son pocas las mujeres con una gran importancia en este mundo, sobre todo en aquella época, además se había convertido en la segunda mujer en ganar un premio Nobel de Literatura en 1926.

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