Selma de niña sufrió displasia infantil, lo que hizo que en vez de jugar con los demás niños desarrollara una afición por la lectura. Sólo con siete años empezó a leer grandes escritores y más tarde a William Shakespeare y a Goethe. Con doce años escribió su primer poema, dando comienzo a su carrera literaria. Tres años más tarde fue a Estocolmo a terminar sus estudios, poco a poco se dio cuenta que no le gustaban las actividades domésticas, que no quería ser como la mayoría de mujeres en aquella época. La situación económica familiar no iba muy bien y también la salud del padre. Para resolver esto Selma quiso aprender alguna profesión para poder mantenerse. Eligió la docencia, y fue su hermano el que consiguió un préstamo para financiar sus estudios. Su vida como maestra se desarrolló junto con su afición literaria. Era muy popular por sus amenas lecciones y comenzó a escribir para periódicos y para la iglesia.
La cercanía de Copenhague y su vida cultural atrajeron su interés, y las visitas fueron frecuentes lo que le permitió hacer nuevas amistades. En 1886 recibió una carta de Estocolmo que estaba firmada por Sophie Adlersparre, la principal figura del movimiento feminista sueco, que la invitaba a visitarla.
Sus antiguas compañeras del Real Seminario enviaron sus sonetos a la revista literaria Dagny. La visita para Selma, al obtener una guía literaria y una importante amistad. La baronesa Adlersparre la convenció para desarrollar su obra en prosa.
En 1888 se enteró de que su casa de la infancia saldría subastada, esto fue un duro golpe para la familia . Selma mandó unos capítulos de su obra La saga de Gösta Berling a un periódico para participar en unconcurso, donde el premio eran unas 500 coronas, dinero que, le llegaría para recuperar su casa.Selma presentó su libro ya terminado al destacado crítico literario Georges Brandes. Unos días después apareció una brillante reseña en el periódico Politiken, despertando el interés de los daneses en leer la obra de Selma. Esto significó el comienzo de una nueva etapa en su vida.
En 1909, la Academia Sueca entregó a Selma Lagerlöf el Premio Nobel de Literatura, "en reconocimiento al altivo idealismo, la vívida imaginación y la percepción espiritual que caracterizan a todas sus obras". Lagerlöf se convirtió de este modo en la primera mujer en recibir un Nobel de Literatura.
Cuando Selma ya pasaba de los 70 años las persecuciones nazis contra los intelectuales se hicieron frecuentes, y ella decidió ayudar a los escritores y pensadores a esconderse, salir del país y luchar contra la dictadura alemana.
Consiguió un visado oficial sueco para la poetisa alemana judía Nelly Sachs, destinada a un campo de exterminio alemán nazi, salvándole de esta desgracia. En medio del trabajo y el esfuerzo que le costaba ayudar a los refugiados fineses, Selma sufrió un ataque cardíaco que le dió muerte en su aldea el 16 de marzo de 1940 a los 81 años de edad.
La cercanía de Copenhague y su vida cultural atrajeron su interés, y las visitas fueron frecuentes lo que le permitió hacer nuevas amistades. En 1886 recibió una carta de Estocolmo que estaba firmada por Sophie Adlersparre, la principal figura del movimiento feminista sueco, que la invitaba a visitarla.
Sus antiguas compañeras del Real Seminario enviaron sus sonetos a la revista literaria Dagny. La visita para Selma, al obtener una guía literaria y una importante amistad. La baronesa Adlersparre la convenció para desarrollar su obra en prosa.
En 1888 se enteró de que su casa de la infancia saldría subastada, esto fue un duro golpe para la familia . Selma mandó unos capítulos de su obra La saga de Gösta Berling a un periódico para participar en unconcurso, donde el premio eran unas 500 coronas, dinero que, le llegaría para recuperar su casa.Selma presentó su libro ya terminado al destacado crítico literario Georges Brandes. Unos días después apareció una brillante reseña en el periódico Politiken, despertando el interés de los daneses en leer la obra de Selma. Esto significó el comienzo de una nueva etapa en su vida.
En 1909, la Academia Sueca entregó a Selma Lagerlöf el Premio Nobel de Literatura, "en reconocimiento al altivo idealismo, la vívida imaginación y la percepción espiritual que caracterizan a todas sus obras". Lagerlöf se convirtió de este modo en la primera mujer en recibir un Nobel de Literatura.
Cuando Selma ya pasaba de los 70 años las persecuciones nazis contra los intelectuales se hicieron frecuentes, y ella decidió ayudar a los escritores y pensadores a esconderse, salir del país y luchar contra la dictadura alemana.
Consiguió un visado oficial sueco para la poetisa alemana judía Nelly Sachs, destinada a un campo de exterminio alemán nazi, salvándole de esta desgracia. En medio del trabajo y el esfuerzo que le costaba ayudar a los refugiados fineses, Selma sufrió un ataque cardíaco que le dió muerte en su aldea el 16 de marzo de 1940 a los 81 años de edad.
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