viernes, 26 de octubre de 2018

James Joyce

James Augustine Aloysius Joyce fue un escrito irlandés reconocido mundialmente como uno de los más importantes e influyentes del siglo XX Joyce es aclamado por su obra maestra, Ulises (1922), y por Finnegans Wake. Ha sido muy valorada la recopiolación de historias breves titulada Dublineses , así como su novela semiautobiográfica Retrato del artista adolescente. Joyce es representante destacado de la corriente literaria de vanguardia llamada modernismo anglosajón, con autores como T.S. Eliot, Virginia Woolf, Ezra Pound o Wallace Stevens.
Aunque pasó la mayor parte de su vida adulta fuera de Irlanda, el universo literario de este autor se encuentra enraizado en Dublín,su ciudad natal, la ciudad que provee a sus obras de los escenarios, ambientes, personajes y demás materia narrativa. Su problemática relación primera con la iglesia católica de Irlanda se refleja muy bien a través de los conflictos que atormentan a su personaje en la ficción, representado por el personaje de Stephen Dedalus. Joyce es conocido por su atención minuciosa a un escenario muy delimitado y por su autoimpuesto exilio, pero también por su enorme influencia en todo el mundo. Por ello, llegó a ser uno de los escritores más cosmopolitas de su tiempo.
La Encyclopædia Britannica destaca en el autor el retrato de la naturaleza humana que logra proyectar en sus obras, junto con la maestría en el uso del lenguaje y el brillante desarrollo de nuevas formas literarias, motivo por el cual su figura ejerció una influencia decisiva en toda la novelística del siglo XX. Los personajes de Leopold Bloom y Molly Bloom, en particular, ostentan una riqueza y calidez humanas incomparables.​
El editor de la antología The Cambridge Companion to James Joyce escribe en su introducción: «A Joyce lo leen muchas más personas de las que son conscientes de ello. El impacto de la revolución literaria que emprendió fue tal que pocos novelistas posteriores de importancia, en cualquiera de las lenguas del mundo, han escapado a su influjo, incluso aunque tratasen de evitar los paradigmas y procedimientos joyceanos. Topamos indirectamente con Joyce, por lo tanto, en muchas de nuestras lecturas de ficción seria de la última mitad de siglo, y lo mismo puede decirse de la ficción no tan seria».

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