En los primeros capítulos de la obra se presenta a Jane Eyre, una niña de 10 años que vive con sus primos John, Eliza Georgina y su tía, la señora Reese, la cual no la quiere y la tiene en casa por obligación, no porque ella lo desee. La pobre niña vive maltratada por su primo, que la agrede por la cosa más mínima sin que haya una respuesta contundente por parte de su tía.
Tras uno de los castigos más fuertes que le imponen, se desmaya, y el boticario que la examina le recomienda la Sra. Reese que la envíe a un colegio ya que cree que lo mejor para ella es un cambio de aires.
Finalmente Jane es enviada al internado del Sr. Broklehurst, donde es recibida como una niña más. En ese lugar no vive muy bien. Las raciones de comida no son muy abundantes ni de buena calidad, por lo que pasa algunos días hambrienta. Con el paso de los días se hace amiga de otra niña, Helen Burns, que no la trata muy bien una de las profesoras. Durante un período de enfermedad, muchos niños mueren de tifus, entre ellos Helen entre los brazos de Jane.
Al cumplir dieciocho años decide marcharse del internado y convertirse en institutriz de una niña francesa, Adèle, que va a vivir a Inglaterra a cargo de su supuesto padre, el señor Rochester, que aunque cree que no tiene motivo para cuidarla, decide hacerlo. A este lo conoce cuando sufre un accidente de caballo y con el paso de los días va ganándose su confianza y comienzan a hablar sobre temas más personales.
Ahora Jane comenzará una nueva etapa lejos de su oscuro pasado, pero, ¿realmente significará el fin para sus problemas?
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