En esta segunda parte, Raskólnikov se ve bastante afectado tanto física como mentalmente por haber cometido este crimen.
La señora que limpia en su casa lo cuida cuando este está enfermo y Raskólnikov confiesa varias veces que ha matado a la usurera, pero ella no le hace caso y piensa que son imaginaciones que tiene él al estar enfermo. También es cuidado por Razumijin, un amigo que estudio con él y que en parte cree lo que él dice sobre el crimen, pero no quiere creerlo.
Razumijin lleva a Raskólnikov a comisaria para que este pueda pedir los objetos que tenía la usurera y que se había quedado la policía como prueba del crimen cometido.
Al final de esta parte, aparecen la madre y la hermana de Raskólnikov.
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